Los toldos verticales son una variante de los toldos tipo cortina, fabricados con diversos materiales de lona para brindar protección contra el sol, el viento y la lluvia. Igual que todos los productos de Moñita, los toldos verticales son totalmente personalizables y adaptables al lugar en el que se quieren instalar. De manera que tienen diferentes usos dependiendo de cómo y dónde se ubiquen. Una de las ventajas que tienen este tipo de instalaciones es la protección que ofrecen. Cuando están abiertos, ayudan a que nos protejamos del sol y también nos proporcionan intimidad, al separar distintas estancias o lugares.
Su apertura y cierre puede hacerse con manivela o eléctricamente, además, pueden incorporar un sistema de programación horaria. Esto es interesante porque permite despreocuparnos del todo y tenerlo programado para que funcione solo y de manera correcta.
Dentro de los toldos verticales hay, fundamentalmente, dos tipos:
– Toldos estor. Compuestos por brazos de hasta 50 metros, fijados a barandillas de balcones o similares.
– Toldos cortavientos. Diseñados para resguardar terrazas y jardines de viento, sol y lluvia, ya sea en pérgolas tipo cenador o como cerramientos de tiendas y locales comerciales. Pueden anclarse al suelo, posibilitando cierres seguros.
No obstante, estas opciones son compatibles con otros de nuestros productos, con el fin de conformar así un ambiente agradable en su negocio o en su hogar. También se pueden ubicar en eventos de todo tipo, donde llamarán la atención al tratarse de productos únicos y diferentes. Los toldos más habituales son los de blanco, pero también los hay en una amplia variedad de colores, de manera que se pueden adaptar a los de nuestro negocio, para así crear un efecto mejor y más adecuado.
Variedad de opciones y de recursos con nuestros toldos verticales de Moñita.