Cuando se trata de elaborar cualquier tipo de proyecto (sea de la índole que sea) debemos plantearnos una serie de requisitos o condiciones para ponernos manos a la obra y diseñar algo lo más similar y exacto posible a lo que se requiere. Esta serie de condiciones se acuerdan con el cliente, de manera que el proyecto presentado está en consonancia con las dos partes implicadas. Hoy veremos algunas de las condiciones que se deben considerar para que todo salga a la perfección:
- ¿QUÉ QUEREMOS? – Evidentemente, es el primer requisito que se debe tener en cuenta, la finalidad de la obra, lo que se quiere conseguir y para qué. En base a lo que se demanda, podemos elaborar los primeros bocetos que se presentarán y serán la base sobre la que trabajar.
- ¿DÓNDE? – La ubicación es fundamental a la hora de diseñar el proyecto y, sobre todo, de construirlo. Dependiendo de las condiciones de ubicación, sabremos qué materiales pueden ser más adecuados (no es lo mismo interior que exterior, por ejemplo) y cuáles de ellos se adaptarán de mejor manera para proporcionar una larga vida útil al mismo.
- DIMENSIONES – Aunque solemos trabajar con proyectos de grandes dimensiones, todo tipo de productos y de ideas son bienvenidas y pueden ser concebidas de manera que se desarrollen y puedan llegar a ser instaladas. No obstante, las dimensiones, aunque siempre sean grandes, deben ser medidas y distribuidas o pensadas de una manera que se acerque a la exactitud, para así poder reproducir de la mejor manera posible el producto final. Ésta última parte también influirá de manera determinante en la instalación del mismo.
Aunque existen más condicionantes para todos los proyectos, son éstos los más importantes y que constituyen la referencia a ser tenida en cuenta para poder realizar un diseño e instalación óptimos de todos y cada uno de ellos.