Las fachadas textiles son uno de los elementos más usados actualmente como solución a cuestiones térmicas de aislamiento y que permite el ahorro energético; también ofrece protección al edificio o lugar en el que se encuentre instalado. Además de esas virtudes, también tiene la opción de poder ser un elemento visual interesante, ya que se pueden usar fachadas textiles personalizadas y que sirvan como material publicitario, con lo que su valor podría incrementarse al desarrollar esa función. Recordemos que se pueden personalizar todo tipo de fachadas y que esa personalización puede consistir en anuncios, logos o mensajes publicitarios de la propia empresa, lo que contribuiría a su mayor exposición.
Además de esa ventaja ya nombrada, existe otra relacionada con la protección. Cuando se instala una fachada de este tipo, estamos protegiendo tanto a los propios operarios como a las personas que circulen o se encuentren en las inmediaciones, ya que se impide el desprendimiento de objetos de obra que pudiera dañar o saltar contra los transeúntes. Por ello, son herramientas de protección en si mismas, que bien empleadas pueden servir para evitar problemas o accidentes derivados de la acción de la obra.
Por último, aunque no menos importante, debemos destacar la capacidad de aislamiento de las fachadas. Esta capacidad permite el ahorro energético y también están disponibles en distintos materiales, con lo que, dependiendo de las necesidades concretas de esa obra, se podrían usar unos u otros. Soportan temperaturas de amplio rango (-30 a +70 grados centrígrados) lo que le confiere una total tranquilidad ante la presencia de agentes atmosféricos adversos. Son ignífugas y tienen un amplio periodo de garantía ante cualquier desperfecto. Es por ello que, aunque tienen más ventajas, estos aspectos son los que confieren a las fachadas la importancia que tienen en nuestro día a día.