Con la llegada inminente del verano, paradójicamente la estación con un clima más cambiante y variable. Es muy habitual durante el periodo estival observar profundos cambios de tiempo a lo largo de un mismo día, pudiendo amanecer cielos despejados y atmósfera en calma, y al cabo de unas pocas horas, encontrarnos con fuertes vientos que anticipan la llegada de una tormenta. Esto puede suceder en un corto espacio de tiempo, no dejándonos tregua para recoger nuestro toldo, que hace un rato nos protegía del sol. En este punto, pretendemos aclarar la práctica más favorable a la que acogernos en caso de tormenta. ¿Qué conviene hacer con nuestros toldos en uno de estos casos?
- Lo preferible y más recomendable será recoger siempre los toldos, y de este modo, ni el aire ni la lluvia pueda estropearlos. Es cierto que tal vez una única tormenta no cause ningún efecto visible en nuestro toldo, pero con el paso del tiempo, las inclemencias repercutirán seriamente en el mismo, tanto estética como funcionalmente.
- Si en un caso, no nos ha dado tiempo a recogerlo y ya se ha mojado, debes esperar a que se seque, ya que si lo recogemos estando todavía mojado, el tejido del toldo podría estropearse con la humedad, corriendo el riesgo de desarrollar moho y hongos.
Es recomendable, cuando no vamos a tener posibilidad de prevenir el tiempo, como por ejemplo durante nuestras vacaciones, dejar los toldos recogidos y evitar un desgaste anticipado.